Friday, April 14, 2006

*Tras Flagelos*

Tras flagelos que se alteran cuando caen en nuestra espalda,
me abstengo de romperles los hocicos vegetales.
Suave, cuéntame tu suicidio silencioso.
Nada de cielo, sólo silencio.

El vapor alado que seduce
desde lo más inquieto de tu persona,
pasivamente sobrepasa un grado.
Pero la luz completamente negra,
deja ciego y vincula el humor con la presencia.

No es sólo la fusión de elementos que aparentemente contradicen, es la visión panorámica de un movimiento individual y correcto. Es reconciliar nuestros fines con los no visibles, sin mostrar las carencias evidentes de nosotros mismos.

No se intente comparar el latido rojo de un corazón humano,
con el paciente temblar de un cuervo oscuro.
Alejarse de lo que ya está apartado,
que no se haga esto una costumbre.


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