Tuesday, December 28, 2010

.:El cielo ya no es cielo:.

Los dos, como párvulos dormimos después de comer.

Rodeados de dos no menos enormes colmillos,

cansados y arqueados encontramos puntos en común.

El cielo ya no es cielo.

Estamos intactos. Saciados mientras nos vemos y recordamos el techo que hemos

dejado tan doblado por los azotes de mi risa contra la tuya...

...










Me gustan tus regalos de perlas entre pajas.

Ver contigo a contraluz el plomo y las estrellas que desvelan.

Izando mi cabeza en nubes rojas,

pendiendo inquieta en la cumbre de una rama.

Pasas llevándome en tus ondas con palabras de amor,

mojando la tierra de estos brazos desérticos.

Yo sé bien que hay cosas que mueren pronto,

pero jamás un espiral de lentos remolinos.

.:El Pudor Tan Nimio:.

El pudor tan nimio,

nos juega brusco cuando asaltas mi vendaje.

Sabes a caña dulce cuando te muerdo,

marinero suciamente enternecido.

No me canso de pensarte... imaginarme.

Me gusta cuando tomas un atajo;

oler el lujo en el ambiente,

tu horizonte de núcleos que despierto con la mente.


Suple mi piel con tu carne que arde.

Me gustas, porque pareces todavía cavernario.

No respetas el tiempo en mi noche ciega que se cuaja.


Te busco, porque a tu lado la mañana orgánica ya no se descompone...


.:Culpable Mutismo:.


Tu sombra terrestre, transparente;

delgada como el trigo desnudo.

Cómo disfruto tocarte a mi costado,

sabiendo que me comerás entonces dulcemente.

Suave, tómame con tu árida faz,

con doliente calma, con inútil afán.

Has de tu cuello un bárbaro asesino,

embarga en suspiros mi garganta.


Eres un pincel con fatídicos colores,

mi fiera que entre hierros forcejea.

Hórrido viendo,

prolongada huella ominosa.