Monday, November 21, 2005

-Clara Vulgaridad-

Si has logrado llegar a un límite, en que cual ya no distingues entre la realidad o la fantasía., esto puede ser de mucha ayuda.

Son las 6:15am, se me hace tarde!, -rápido.... rápido, ponte el pantalón, la blusa, calcetines y zapatos negros... no olvides el chaleco, si no te regresan...no chingues! ya es tardísimo. Está bien, no olvido nada, lavate los dientes, pintate la boca y córrele, antes de que esta señora empiece a pitar. Como molesta que haga eso.
En fin, ya llegue a la escuela, y tengo un dolor en el estómago que no se quita. Que horror! Hay como mil escalones hasta llegar al salón…34, 35, 36 ….37…… ………38……………….40.

Padre nuestro que estas en el cielo… bla bla bla! Los mismo de siempre, la misma pinche rutina. Repiten el padre nuestro casi automáticamente. -Sí, SI!!!! Estoy rezando! Camino y otra vez estos escalones. Llego casi a gatas al salón, me arrastro a la silla y me hecho a dormir en lo que llega el profesor.

Buenos días!, dice el profesor con entusiasmo, mientras que yo estoy harta de verle la cara hasta en mis sueños. Saco mi cuaderno y me pongo a dibujar perfiles, que a mi compañera de enfrente le dan miedo. Uyy pobre de mi, siento que mi estómago se va a asomar por la boca a saludar al profesor, hasta mareada estoy, ha de ser por que es muy temprano, o por hambre, o por… ay yo que se!. Perfecto, terminé antes que todos. Califíqueme por favor. -Quítate de aquí, yo llegué primero.

Tras dos horas de estar calentando el asiento, por fin nos liberan, cortos parecen los minutos afuera de la jaula. El dolor continúa, y es más fuerte. Mejor no saldré, afuera hace frío. De pronto giré mi cabeza y vi que todo el salón estaba pintarrajeado con líneas y puntos rosas, ramas gigantes parecían estar empotradas en las esquinas del salón, los techos se ondulaban mágicamente. No recuerdo haber consumido ninguna sustancia alucinógena… al menos no concientemente. Por momentos lograba ver una mesa con alguien ‘’normal’’ sentada frente a ella, pero en cuestión de segundos ya era una cosa sin forma, una mesa sentada en una persona para nada normal.

Cierro mis ojos, y estoy flotando encima de un colchón, acostada con un traje amarillo y unas hermosas botas cafés, y entre notas agudas tarareo que mi estomago anda jugueteando por todos lados, y que eso me duele!. Mi cabello esta corto y enmarañado, raíces negras salen de él. Una inquietud salvaje me impulsa hacia las aguas que me rodean, de un brinco estoy nadando en ellas. El agua esta fría, y a lo lejos puedo ver a varios compañeros desnudos disfrutando del receso. – El timbre de nuevo, lo escucho, pero esta muy lejos el sonido. Abren la puerta del salón y entran los demás. ¿Qué? ¿Por qué sigo viendo a la gente así? Toda rara, con caras largas y hombros chuecos. Que mal! Sigo en mi viaje, pero lo peor es que no se ni que me tomé. Mis manos están arrugadas… Sin darme cuenta, sigo sumergida en las aguas, que de repente se tornan mesa-bancos y después son olas inmensas.

Vaya! Señorita! Hasta que se digna usted a cepillar esa escobeta que llama cabello, córrale y tráigame un café, pero vaya a gatas! - ¿Qué?.. ¿Me habla a mí? Ok ok ya voy, no se enoje.... –A gatas dije!.. ¿Qué? ¿Cómo voy a ir a gatas hasta la cafetería?.. Esto ya es demasiado! Intento reconocer al tipo que me esta diciendo eso, y en lugar de ver a un profesor bien peinado y perfumado, sólo veo un simio que felizmente se rasca la barriga, deseoso de brincarle a la cabeza a una compañera... Estoy muy mareada! Todo me da vueltas.. y vueltas.. y vuel..tas y.. maaasss vu..eel..ttaaaaasssssssss. ¡¡¡PUAJ!!!!!


Bien niña.. Puedes despedirte de tu 10...Vomitaste al maestro tarada!.

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