Resultando de uniones absurdas,
desquiciados maullaban lo gatos por la noche.
Mientras tanto yo olía la ropa en los cajones,
admirando la adquisición de las mismas.
La voz, siempre alejada, hace que en el vacío yo sea un aullido de lobo cazado.
Un siglo sobre tu piel de honda nostalgia,
la división inexacta de los poros que te envuelven todo el cuerpo.
Por las noches cuando el pasado impide soñar,
furiosa destruyo el color violáceo.
Escupo amargamente, y para saciar mi hambre,
con fuerza arrastro tu pálido rostro.
Fragmento de vida, de ti soy piel recortada…
Dime tu nombre mientras yo sueño, río y escribo.
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